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Plataforma de vecinos y asociaciones
Mientras se disparan los gastos en fiestas y campañas de imagen, los servicios públicos esenciales de Vegas del Genil, como jardinería, limpieza o pintura viaria, sufren abandono y externalización. Esta entrada denuncia la privatización de servicios públicos en Vegas del Genil, el incumplimiento de plazas presupuestadas y la falta de mantenimiento básico en barrios como Belicena. La ciudadanía exige respeto, dignidad urbana y un gobierno que priorice el bienestar diario frente al espectáculo político.
El deterioro progresivo de la señalización vial en distintas barriadas de Vegas del Genil ha desatado las quejas vecinales. La situación en Belicena es especialmente alarmante y refleja un abandono evidente no solo en la pintura vial, sino en el conjunto de los servicios básicos. Numerosos residentes han denunciado públicamente a través de redes sociales el estado crítico de los pasos de peatones, completamente borrados o inexistentes, lo que genera inseguridad y confusión tanto para peatones como para conductores.
“Por aquí no aparecen. No se ve nada de nada”, expresaba una vecina en redes sociales, en referencia a la desaparición literal de la señalización horizontal. Los comentarios coinciden en que la pintura de las calles nunca ha estado tan deteriorada como ahora, especialmente en Belicena, donde se observa un pueblo cada vez más descuidado y deteriorado.
Pese a contar con una plaza de pintor municipal dotada presupuestariamente, el Ayuntamiento de Vegas del Genil ha optado por no cubrir dicha plaza, recurriendo en su lugar a la contratación esporádica de empresas privadas para realizar trabajos de pintura vial. Esta decisión, adoptada sin planificación integral ni continuidad, redunda en una prestación fragmentada, insuficiente y ajena al principio de eficiencia en la gestión pública.
Este mismo patrón se está repitiendo en otros servicios esenciales, como la jardinería municipal, donde el equipo de gobierno ha dejado de contratar a cinco jardineros que estaban contemplados en la plantilla, optando de nuevo por externalizar el servicio mediante contratos con empresas privadas. En lugar de reforzar el empleo público estructural, se apuesta por una subcontratación progresiva que debilita los recursos propios y rompe con los principios de estabilidad, control y cercanía que deben regir la gestión de los servicios locales.
Desde Defiende Vegas del Genil se interpreta esta actuación como parte de una estrategia de privatización encubierta:
“Al igual que ocurre con la pintura viaria, en servicios como la limpieza de calles, la limpieza de edificios públicos o la jardinería, se deja de prestar el servicio en condiciones, se genera un malestar vecinal evidente, y después se externaliza como única solución posible”, denuncian desde la plataforma.
Este mismo patrón se ha reproducido con los parques infantiles del municipio. Durante más de dos años, muchos de ellos han permanecido cerrados o en estado de abandono, como el caso del parque Carlos Cano, impidiendo su uso por parte de la población. Tras ese deterioro sostenido, el Ayuntamiento ha anunciado reformas costosas, acompañadas de carteles informativos en los propios parques y una amplia campaña de difusión en redes sociales, que anticipa posibles reinauguraciones cercanas al ciclo electoral.
Desde la plataforma se lamenta que este tipo de prácticas, más orientadas al impacto publicitario que al bienestar ciudadano, desvirtúen el sentido de gobernar para un pueblo como Vegas del Genil. La gestión pública debería centrarse en la calidad, continuidad y proximidad de los servicios esenciales, no en su abandono previo a procesos de externalización ni en la conversión de las reformas en actos propagandísticos.
Y la pregunta clave es inevitable: si no se contrata al pintor y tampoco a los cinco jardineros previstos en plantilla… ¿a dónde va a parar ese dinero presupuestado?
La ciudadanía de Vegas del Genil no permanece indiferente ante esta situación. “Pagamos nuestros impuestos y merecemos un poco de calidad de vida”, afirmaba un vecino en relación con la ausencia de bancos y arbolado en zonas transitadas por personas mayores. Otros vecinos lamentaban que “lo único que funciona bien es el cobro del IBI”, mientras los servicios públicos municipales muestran un deterioro cada vez más evidente.
Desde la plataforma Defiende Vegas del Genil se exige al equipo de gobierno municipal que reactive sin más demora los servicios básicos esenciales y que cumpla con su obligación legal y política de mantenerlos operativos, eficaces y de calidad. No es aceptable que mientras se incrementa la presión fiscal, la limpieza, la jardinería, la pintura viaria o el mantenimiento de parques y mobiliario urbano sufran un abandono progresivo.
Mientras se recortan o abandonan servicios esenciales como la jardinería, la pintura viaria, la limpieza o el mantenimiento de parques, el equipo de gobierno municipal ha duplicado el presupuesto destinado a fiestas y actividades de verano, incluyendo viajes, verbenas, espectáculos y campañas promocionales. Esta apuesta creciente por el entretenimiento y la imagen pública contrasta profundamente con el estado real de los espacios urbanos y la calidad de los servicios que reciben día a día los vecinos y vecinas.
Resulta llamativo que, en un contexto de deterioro del espacio público y de no cobertura de plazas presupuestadas, el capítulo de festejos y eventos lúdicos haya pasado a ser una de las principales prioridades presupuestarias del Ayuntamiento. Esta estrategia revela un modelo de gestión que pone el foco en lo superficial y mediático, mientras los problemas estructurales de limpieza, accesibilidad, jardinería o mobiliario urbano quedan desatendidos o son externalizados.
Desde Defiende Vegas del Genil se recuerda que gobernar un municipio no es organizar fiestas, sino cuidar de sus calles, sus servicios, sus trabajadores y su gente.
Vegas del Genil necesita un gobierno que priorice el bienestar cotidiano de sus vecinos y vecinas, no una administración centrada en campañas de imagen ni en externalizaciones interesadas. La dignidad urbana empieza por lo básico: calles seguras, espacios cuidados, personal público suficiente y servicios en funcionamiento. Gobernar no es prometer reinauguraciones; es garantizar derechos y responder al día a día de un pueblo que exige ser tratado con respeto.