El Secadero de Terrobas: gigante de ladrillo y memoria viva en la Vega de Granada

El Secadero de Terrobas, en Purchil (Vegas del Genil), es el secadero de tabaco más grande de la Vega de Granada. Construido en los años 60, combina ladrillo, hormigón y teja en una obra única de la arquitectura rural andaluza. Testigo del pasado agrícola y símbolo del patrimonio vegueño, sigue en pie como memoria viva del trabajo y la historia de la Vega.

En el corazón de la Vega de Granada, entre los campos de Purchil, se levanta un edificio singular que ha desafiado el paso del tiempo: el Secadero de Terrobas. Esta construcción, de proporciones monumentales, es considerada el secadero de tabaco más grande de toda la Vega, y constituye una de las muestras más destacadas de la arquitectura agrícola del siglo XX en nuestro municipio, Vegas del Genil.

Durante décadas, su silueta ha sido parte inseparable del paisaje agrícola. Hoy, su presencia silenciosa nos recuerda una etapa de prosperidad, esfuerzo y modernización en la historia de la Vega granadina.

Orígenes y contexto histórico

El secadero fue construido a finales de los años sesenta, en pleno auge del cultivo de tabaco negro en la Vega de Granada. Su promotor fue un conocido terrateniente, apodado “Terrobas”, propietario de varias fincas en la zona: una entre Belicena y Purchil, próxima al paraje del Cónsul (aún existente y restaurada), otra frente a la antigua fábrica de Puleva, ya desaparecida, y la finca donde se levantó el propio secadero.

Según testimonios de vecinos de la época, la construcción fue dirigida por un oficial vinculado a la Base Aérea de Armilla. Se realizó con materiales modernos para el momento (hormigón, teja cerámica y ladrillo gafa), en una época en la que la mayoría de secaderos eran estructuras más humildes de madera o caña.

El tabaco negro, destinado a puros y cigarrillos fuertes, era entonces uno de los principales cultivos comerciales de la Vega. La hoja debía secarse lentamente mediante ventilación natural, y los secaderos se convirtieron en elementos imprescindibles del paisaje rural. Durante los años cincuenta y sesenta, llegaron a construirse miles de secaderos en la Vega de Granada, aunque solo unos pocos alcanzaron las dimensiones y la calidad constructiva del de Purchil.


Arquitectura y técnica constructiva

El Secadero de Terrobas destaca tanto por su escala como por la excelencia de su ejecución. Consta de veintiún pórticos estructurales dispuestos a cuatro metros de distancia entre sí. Cada pórtico se compone de tres pilares de ladrillo gafa, dos laterales y uno central, unidos por viguetas de hormigón armado en forma de T. Esta solución técnica, avanzada para la época, otorga al conjunto una notable resistencia y estabilidad.

Los pilares, de unos 30 centímetros de lado, se apoyan sobre un zócalo corrido de argamasa de unos 25 centímetros de altura que recorre todo el perímetro. Este basamento no solo mejora la cimentación, sino que protege la estructura de la humedad. En su interior, el pavimento se resolvió con una solera de hormigón pobre y encachado de piedra, destinada a evitar el ascenso de humedad hacia las hojas colgadas.

Las fachadas, auténtico sello de identidad de los secaderos, presentan una celosía de ladrillo artesanal colocada en retícula, que permite una ventilación cruzada constante y una iluminación suave. En las tres primeras hileras de huecos, los ladrillos se disponen en diagonal, generando un elegante dibujo en zigzag que combina función y estética.

El tejado, a dos aguas y cubierto con teja cerámica plana, se apoya sobre rollizos de madera de chopo. En la cumbrera se abren varias chimeneas de ventilación que servían para evacuar el aire caliente o el humo cuando era necesario calentar el interior durante el proceso de curado.

El edificio dispone de dos accesos principales: una puerta corredera metálica en la fachada corta, orientada hacia el camino, y otra lateral entre el octavo y el noveno pórtico. Estas amplias entradas facilitaban la carga y descarga de las hojas de tabaco o la entrada de carros y maquinaria.


Del esplendor agrícola al abandono

Durante los años setenta, el panorama agrícola de la Vega cambió profundamente. El cultivo de tabaco rubio (variedades Virginia y Burley) sustituyó al negro tradicional. Este nuevo tipo de tabaco requería secaderos más cerrados y controlados térmicamente, por lo que los antiguos secaderos ventilados quedaron obsoletos.

El Secadero de Terrobas, como tantos otros, dejó de utilizarse para su propósito original. Durante un tiempo se empleó como almacén de maquinaria agrícola, hasta que acabó cayendo en desuso. Sin embargo, su sólida construcción y su cuidada ejecución le han permitido sobrevivir en pie hasta nuestros días, incluso tras décadas de abandono y sin apenas mantenimiento.

La desaparición del cultivo del tabaco en la Vega, unida a la expansión urbanística, ha provocado que muchas de estas construcciones se pierdan o deterioren rápidamente. Por eso, el Secadero de Terrobas es hoy una rara excepción, un testimonio aún tangible de aquella economía agraria que definió a Purchil y a todo Vegas del Genil durante buena parte del siglo XX.


Reconocimiento patrimonial y valor cultural

El interés histórico y arquitectónico de este edificio ha sido reconocido por el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH), que lo incluye en su Registro Andaluz de Arquitectura Contemporánea como ejemplo destacado del patrimonio industrial y vernáculo de Granada.

Investigadores como Antonio Jiménez Torrecillas, Marta Santofimia Albiñana, Alberto García Moreno y David Arredondo Garrido han estudiado su estructura y valor patrimonial dentro del Proyecto Patrimonio Industrial de Andalucía. Todos coinciden en su singularidad: no solo por sus dimensiones y materiales, sino porque representa la evolución de las técnicas constructivas del campo andaluz en la segunda mitad del siglo XX.

Pese a su deterioro, el secadero conserva su integridad arquitectónica y podría ser rehabilitado con fines culturales, educativos o turísticos. Algunos municipios vecinos han logrado recuperar secaderos similares para usos expositivos o como centros de interpretación del paisaje agrario. En Vegas del Genil, el Secadero de Terrobas podría desempeñar ese papel: convertirse en un espacio que una la historia agrícola con las nuevas formas de identidad local.


Un legado que merece futuro

El Secadero de Terrobas no es solo una construcción de ladrillo. Es un símbolo de la Vega: del trabajo, del ingenio y de la vida cotidiana de miles de familias que durante décadas vivieron del cultivo del tabaco.

Preservarlo sería un gesto de respeto hacia quienes levantaron con sus manos la prosperidad de la Vega, pero también una oportunidad para que las nuevas generaciones comprendan el valor de su entorno y su historia.

Mientras sus muros sigan en pie, seguirá latiendo la memoria de Vegas del Genil.


Fuentes consultadas

  • Jiménez Torrecillas, Antonio. El viaje de vuelta. Encuentro de la contemporaneidad a través de lo vernáculo.
  • García Moreno, Alberto; Arredondo Garrido, David. Registro Andaluz de Arquitectura Contemporánea. Secadero de Tabaco (Purchil, Granada), IAPH, 2007.
  • Santofimia Albiñana, Marta. Proyecto Patrimonio Industrial de Andalucía. Secadero de tabaco de Purchil en Vegas del Genil (Granada), IAPH, 2011.
  • Testimonios vecinales y documentación local recopilada por Defiende Vegas del Genil.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *